Este verano acogemos en nuestra casa de creación la exposición fotográfica

RETABLO DE SOMBRAS.

Más que un suceder cronológico o histórico de LA ZARANDA, se muestra en ella la larga andadura de una compañía teatral en su permanente búsqueda.

Jul y sept. 23
19-21 h (de jueves a domingo)
visita previa reserva en: elatrio@elatriomadrid.es y en el whatsapp 655527242 

Fotografías de: MIGUEL GRACIA, ROLAND STREULI, KATHY CASTELAT, VÍCTOR IGLESIAS, OLIVIER HARRASSOWSKI, GUTIÉRREZ Y TAMAYO, MARÍA CORTÉS, JUAN CARLOS TORO, GERARDO SANZ, AGUSTÍN HURTADO, BRUNO RASCAO,  JUAN CARLOS GARCÍA, JULIO PAÑOS, RAÚL SÁNCHEZ, MARCOS CEBRIÁN, MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ y JOSÉ LUIS PRIETO.

«En la empinada curva del tiempo en que estas fotografías fueron tomadas, hubo una vertiginosa evolución tecnológica para registrar lo permanente de un arte. Las primeras datan de cuando aún existían sus negativos, como las sombras de las imágenes, revelando en la oscuridad sus misterios en blanco y negro. Más tarde el color cambió su estética, pero no sus formas que seguían surgiendo de las acciones contenidas en una obra.  

El logro de una fotografía de teatro es que no quede como una imagen fija, sino que siga surgiendo de las acciones dramáticas que la engendraron. Su oculto latido, un silencio a punto de estallar. Visiones que sólo se captan cuando es algo más que lo óptico lo que se encuentra. No se trata de capturar unas formas, sino de desvelar la energía que las mueve. Movimientos del alma antes que físicos.  

Asomarse a estas fotografías es asomarnos a esa oscuridad que nos refleja. Como la piel a la calavera, así el recuerdo a cada imagen. Adentro ese tiempo ya pasado abre a evocación, una ventana que bate el viento, haciendo volar tantas fotografías por la memoria. 

En ellas ser y personae son ya lo mismo, o quizás cada personaje ha tomado la máscara de cada actor. Porque lo efímero es lo humano, no el ánima que les da vida, una energía que se transforma, ahora en mirada. El movimiento de la pupila es como la rotación de los astros, tiene su música secreta: melodías creadas con voces, trajín de objetos, ecos de pasos, ritmos que desentuman su polvo de pasado. Más que un suceder cronológico o histórico, aquí las fechas poco dicen, porque en la memoria los números se desvanecen, cifras de un arcano, mero ensamblaje de días, es la larga andadura de una compañía teatral en su permanente búsqueda lo que aquí se ofrece. 

Los fotógrafos que aquí convocamos supieron captar ese instante vivo, el acontecer de la obra, la creación de un mundo. Algo que no surge del escenario sino de la vida misma, con sus caídas y resurrecciones, trabajo a trabajo, dejando estos rescoldos de un fuego apagado, aquel que prendió en un teatro, ante un público. 

Imágenes que hoy traman evadirse de esa frontera tenebrosa del olvido, donde sucumben sus sueños, que tras unos títulos, a modo de epitafio, escalonan una trayectoria, la de Zaranda, esa criba que se queda con la esencia, las semillas, más que con los frutos logrados.» 

+ Información